lunes, 19 de febrero de 2018

Otras tragedias de Federico García Lorca


Tras enviudar por segunda vez, Bernarda Alba, una mujer despótica, impone a sus jóvenes hijas un luto riguroso de ocho años, en los que no podrán salir de casa. Angustias, la única heredera del primer marido, tiene por novio a Pepe el Romano (que nunca aparece en escena), pero este enamora a Adela, la más pequeña y comienzan los encuentros furtivos entre los amantes.
El clima en la casa es agobiante y opresor, pues solo están mujeres encerradas, salvo la criada.
Cuando Bernarda se da cuenta de las relaciones entre Pepe el Romano y su hija menor, estalla una discusión muy fuerte y Bernarda dispara a Pepe con intención de matarlo. Al oír el disparo, Adela piensa que su amante ha muerto y se suicida.
Al final de la obra, Bernarda junta a sus hijas y les pone de manifiesto que su hija Adela murió virgen para salvar las apariencias, y les obliga a mantener silencio.
Yerma es la tragedia de una mujer que es estéril y que sufre porque su instinto y el papel de la mujer en la sociedad le obligan a ser madre; pero no lo logra, por eso acaba odiándose a sí misma. Las ataduras sociales le impiden ser infiel a su marido, y la única forma de librarse de él es matándolo. Por otro lado, la determinación de matar a su marido deriva de intentar liberarse de los condicionamientos que le impone la sociedad: no se casó por amor sino para tener hijos, y como no los puede tener se libera de esa carga matando a su marido.

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