miércoles, 24 de enero de 2018

EL TEATRO DE VALLE-INCLÁN


LUCES DE BOHEMIA, de Valle-Inclán. Escena II

La cueva de ZARATUSTRA en el Pretil de los Consejos. Rimeros de libros hacen escombro y cubren las paredes. Empapelan los cuatro vidrios de una puerta cuatro cromos espeluznantes de un novelón por entregas. En la cueva hacen tertulia el gato, el loro, el can y el librero. ZARATUSTRA, abichado y giboso -la cara de tocino rancio y la bufanda de verde serpiente-, promueve, con su caracterización de fantoche, una aguda y dolorosa disonancia muy emotiva y muy moderna. Encogido en el roto pelote de una silla enana, con los pies entrapados y cepones en la tarima del brasero, guarda la tienda. Un ratón saca el hocico intrigante por un agujero.

ZARATUSTRA: ¡No pienses que no te veo, ladrón!
EL GATO: ¡Fu! ¡Fu! ¡Fu!
El CAN: ¡Guau!
EL LORO: ¡Viva España!

Comenta los rasgos esperpénticos en la acotación inicial, especialmente en el retrato de Zaratustra. Señala los ejemplos de “animalización” y “cosificación”. ¿Por qué es grotesco el nombre de este personaje?
SOLUCIÓN

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